George Sanger
George Sanger, de origen británico, comenzó como ilusionista a los 14 años, y como tal recorrió a pie, de pueblo en pueblo, una gran parte del territorio inglés, causando en todas partes admiración y sorpresa.
Inicios
En las ferias exhibió la "ostra que fuma"; aquel fenómeno, obra exclusiva de su ingenio, el hizo célebre y le procuró los recursos financieros necesarios para adquirir un caballo, dos cornetines y un tambor.
Con estos elementos fundó un circo ambulante, que gozó de gran fama en 1850.
Adiestrador
Poseía el don de adiestrar a los animales sin emplear malos tratos, solo tratándolos con dulzura.
Cierto día uno de sus mejores leones se escapó de la jaula. Perseguido por la policía, el animal se escondió en una patio desde el que lanzaba terribles rugidos, y a donde nadie se atrevía a entrar.
Sanger entró solo, y hablando dulcemente a la fiera lo apaciguó, llevándoselo a la jaula cogiéndolo solo de una oreja.
Empresario
En 1872, como célebre empresario rico, compró el anfiteatro Astley, pagando por él 275.000 francos. Cuatro años más tarde lo vendió por 2.500.000.
Por esta misma época Sanger puso de moda las grandes pantomimas que tanto éxito tuvieron posteriormente por el mundo.
Entre ellas merece citarse "Los viajes de Gulliver, donde figuraban: 300 mujeres, 200 hombres, 200 niños, 52 caballos, 13 elefantes, 9 camellos, dos leones, y un gran número de otros animales.
Anécdota
El rey británico, Eduardo VII cuando era Príncipe de Gales, frecuentaba el circo de Sanger y llegaron a ser amigos personales.
Un día fue al circo con objeto de ver al "único elefante blanco del mundo occidental", como se anunciaba pomposamente en los carteles.
Terminada la representación, el príncipe preguntó a Sanger si era aquel verdaderamente uno de los elefantes sagrados del Rey de Siam.
"Señor - contesto Sanger -, un director de circo tiene el derecho... y aún el deber de engañar al público de vez en cuando; pero yo por nada del mundo engañaría a mi futuro rey; ¡mi elefante es blanco porque lo pinto dos veces al día!..."
Fallecimiento
Sanger murió asesinado por uno de sus empleados en 1911 con un hacha. Se desconocen los motivos ya que el autor del crimen se suicidó posteriormente.
Referencias
- El eco de Santiago - 1912